21 abr 2011

SERIES 2#


Series verticales:






20 abr 2011

SERIES


SERIE 1:



SERIE 2:



SERIE 3:



SERIE 4:



SERIE 5:



SERIE 6:



La que más me gusta es la serie 5, creo que transmite la soledad meditativa, ni siniestra ni de paz absoluta.

Pero por otro lado creo que podría usar la fotografía en que se ve la vianda sobre el soporte de madera y también la que es muy parecida con la que elegimos en clase como la fotografía base para trabajar, pero que en esta se ve un par de zapatos negros. Creo que esas dos aportan una capa de significación a más, dando vida a los espacios vacíos, como si alguien habitara las sombras de la construcción. Pero no logré mezclarlas con las otras, sin generar un clima más lúgubre de lo que quería.


Aqui les dejo las fotos nuevas:

Abrazos!











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19 abr 2011

LO QUE VIENE DE LAS SOMBRAS


Hacer ver aquello que habita la oscuridad. Pero sin piel de gallina - sólo en los restos del almuerzo de los obreros que elevan ese edificio.

Fui a la obra ora vez a pedir permisos para volver a sacar las fotos en búsqueda de encontrar algo que me diera vida al lugar, que me posibilitara identificar un habitante oculto. Y como habiamos hablado en clase, ese habitante existe y es muy real - muchos de los obreros son extranjeros o de otras provincias y en la falta de un hogar, terminan por quedar en la construcción misma, mudándose constantemente, de obra en obra. Son esos obreros que habitan esas sombras, esos lugares de pasaje, siempre bañados por una luz latente, que nunca deja iluminar por completo. Estos obreros viven eternamente en construcción. Y era eso que quería decir, al final. Transmitir esa soledad meditativa, que no llega a ser siniestra, pero tampoco un lugar de paz. Un lugar de espera por esa tranquilidad postrera.

Dejo fotografías de Ray Metzker como referente de ese habitar la oscuridad, la percepción de la nada, el fuera de campo generado no solamente por el encuadre pero también por la ausencia de luz:








Y un poema traducido de Alphonsus de Guimaraes, poeta simbolista brasilero, que por ahi en algun punto me parece que dialoga con las fotos que quiero hacer:

ISMALIA

Cuando Ismalia enloqueció,

Subió a la torre a soñar...

La luna en el cielo vio,

Vio otra luna en el mar.

En ensueños se perdió,

Bañada en la luz lunar...

Subir al cielo deseó,

Deseó descender al mar...

Y en desvarío se quedó,

Se echó en la torre a cantar...

Cercana al cielo se vio,

Se vio lejana del mar...

Y como un ángel, pendió

Las alas para volar...

La luna del cielo ansió,

Ansió la luna del mar...

Las alas que Dios le dio

Temblaron de par en par...

Su alma al cielo subió,

Su cuerpo bajó al mar...

14 abr 2011

CONSTRUCCIÓN


Ahí tengo con esas palabras que me regaló Chico Buarque, compositor y poeta brasilero, todo el proceso de búsqueda de un lugar y de una expresión, de un punto de vista, de un clima. Desde el colectivo, sua máquinas, su tránsito, su naufragio, pasando por un tiempo de vaciamiento, hasta ver a mi lado mis cosas, todo lo que vi, que leí, los viajes que hice, los amores que tuve, los que tengo, mis discos, todo mi pasado adentro de pilas de cajas en mi departamento (recién me mudé). Y a partir de ahí pude ver lo que realmente soy: en obras.


Llegué a la construcción como si fuese un pájaro.



T R Á N S I T O
L Ó G I C O
P R Í N C I P E
M Á Q U I N A
L Á G R I M A S
N A U F R A G O
P R Ó X I M O

S Á B A D O

Ú N I C O
T Í M I D O
M Á G I C O
M Ú S I C A
A L C O H Ó L I C O
F L Á C I D O
S Ó L I D O
C E M E N T O
P Ú B L I C O
P R Ó D I G O
P Á J A R O
Ú L T I M A.





(escuchar con el volumen al palo y siguiendo la traducción abajo)




CONSTRUÇÃO - CHICO BUARQUE


Amó aquella vez como si fuese la última,
besó a su mujer como si fuese la última,
y a cada hijo suyo cual si fuese el único,
y cruzó la calle con su paso tímido.
Subió a la construcción como si fuese máquina,
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas,
ladrillo con ladrillo en un dibujo mágico,
sus ojos embotados de cemento y lágrimas.
Sentó a descansar como si fuese sábado,
comió frijol y arroz como si fuese un príncipe,
bebió y sollozó como si fuese un náufrago,
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico.
Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro,
y terminó en el suelo como un bulto flácido,
y agonizó en el medio del paseo público.

Murió a contramano entorpeciendo el tránsito.



Amó aquella vez como si fuese el último,
besó a su mujer como si fuese la única,
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo,
y cruzó la calle con su paso alcohólico.
Subió a la construcción como si fuese sólido,
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas,
ladrillo con ladrillo en un dibujo lógico,
sus ojos embotados de cemento y tránsito.
Sentó a descansar como si fuese un príncipe,
comió frijol y arroz como si fuese el máximo,
bebió y sollozó como si fuese máquina,
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música.
Y flotó por el aire cual si fuese sábado,
y terminó en el suelo como un bulto tímido,
agonizó en el medio del paseo náufrago.

Murió a contramano entorpeciendo el público.



Amó aquella vez como si fuese máquina,
besó a su mujer como si fuese lógico,
alzó en el balcón cuatro paredes flácidas,
Sentó a descansar como si fuese un pájaro,
Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe,
Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico.
Murió a contramano entorpeciendo el sábado.


Por ese pan de comer y el suelo para dormir,
registro para nacer, permiso para reir,
por dejarme respirar y dejarme existir
dios le pague.

Por esa grapa de gracia que tenemos que beber,
por ese humo desgracia que tenemos que toser,
por los andamios de gentes para subir y caer
dios le pague.

Por esa mujer carpintera que un día nos va a alabar y escupir,
y por las moscas que nos vendrán a besar y cubrir
y por la paz postrera que al fin nos va a redimir
dios le pague.







13 abr 2011

DEL CERO

Bueno. Elegi otro lugar. No la carniceria, ni el colectivo, ni el planetario, ni el aeropuerto. Soy un eterno proceso en construcción.



Buscar el vacío.

Bajar el nivel de ansiedad.

Encontrar una estructura en mi.

Armar.




Lo llevo mañana.


11 abr 2011

TROPICÁLIA X ARGENTINIDAD - LA BÚSQUEDA POR UNA NUEVA IDENTIDAD

Estuve viendo los blogs de los otros alumnos de DAV - también de otras comisiones y fui caer justo en el blog de Daniela Romero, que está haciendo el trabajo sobre la zona portuaria de la Boca, sobre su pasado y sus ideologías más verdaderas, relacionadas a su familia y a la cultura porteña. Allá ella habla sobre quien realmente es - o como quiere ser representada. Uno o el otro, no importa, me hizo pensar mucho en algo que ya estaba pensando. En quien soy. Quizás tenga mucha carga intelectual, por venir de una familia de artistas plásticos, músicos y psicoanalistas. Eso me hizo de alguna forma tener una personalidad bastante barroca. De un lado, tengo ahí mi sensibilidad, mi extrema concentración con los detalles que voy encontrando por la calle (ya me putearon un par de veces por mirar demasiado a alguien que a mi me parecía interesante en el subte). Por el otro tengo el peso de la racionalidad, que, la verdad, es bastante grande.

Casi siempre el exceso de lo racional bloquea todo lo que es sentimiento, fuerza instintiva. Alguien me dijo recién que quizás solo voy a lograr hacer las cosas que quiero hacer si llevo mi racionalidad al extremo, la trasciendo y ahí voy a estar libre para el "hacer", sin pensar. Nietzsche decía más o menos lo mismo: que la conciencia es el ultimo y postrero desarrollo del hombre, y que no hay error más grande que ese, que quita toda fuerza instintiva, todo el poder del hombre de sentir, de ser verdadero y puro.

Así como Daniela, yo no quiero ser un intelectual. Quiero representar aquello que me ha inspirado no por la racionalidad, sino por lo emocional, casi incomprensible. Por eso la insistencia con el colectivo como lugar, por más limitado que sea. Podría ir a un otro no-lugar: el subte y el aeropuerto, pero en uno va en contra de lo que creo que soy, es decir, no soy para nada subterráneo, y el otro veo como un lugar común, y que tiene sus limitaciones de producción de las fotos. Además, el colectivo durante la noche realmente me fué algo muy fuerte cuando llegué es esas tierras extranjeras. Y es eso lo que quiero transmitir: la sensación de ser un Alien, de estar en un lugar que no me pertenece, que es distinto de las cosas de donde vine, pero que aún así, hay un deslumbre, una luz que viene de más allá, universal, que me fascinó y que me fascina, que fue al final lo que me atrapó aquí, sin pretensiones de volver tan pronto.

Pero, ante todo:

EL COLECTIVO ESTÁ FUERA DE SERVICIO.

(la ciencia-ficción también).

Tengo que buscar un nuevo lugar, menos limitado, que me permita ver más, entrar en rincones no explorados. Seguramente va a ser un lugar de mucha tradición porteña, o - mejor todavia - que represente bien esa "argentinidad", pero que sea un lugar original. Si alguien que lea esto tiene alguna sugerencia, será muy bien venido un comentario!

A partir de ese lugar, tengo que encontrar mi mirada "brasilera". Y solo hacer. Más que nada hacer. Pensar poco y fotografiar mucho. Buscando sentir el lugar y sentirme a mi, buscando qué veo yo de este lugar que parece tan común a los argentinos. La cultura brasilera se define justamente por esa antropofagia cultural, la mezcla, la contradicción, lo confuso. La história de Brasil hizo eso con mi país y soy muy feliz por hacer parte de este quilombo! No hubo, como acá, una campaña del desierto, la exterminación casi nazi de aquello que era ajeno a la cultura portuguesa. Por el contrario: el portugués cogió con una indígena y nació un "mameluco", que a su vez cogió con un negro, y nació un tercero que cogió con un alemán, un holandés, un árabe, un japonés... y así se va formando la "cultura brasilera": del sexo intercultural. En portugués brasilero se usa la palabra comer para designar coger. De ahí quizás la definición de antropofagia cultural que Oswald de Andrade escribió en 1928, 5 años después de la explosión del modernismo brasilero en la Semana de 22, con Tarsila do Amaral y Heitor Villa-Lobos como artistas más conocidos aqui.

"Tupy, or not tupy that is the question. (...) Sólo me interesa lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago"






Por ahi, sin darse cuenta, Bruno me tiró un lugar que puede hablar de eso, y donde puedo meter esa mirada brazuca: la carniceria.

Más adelante en la história surgió el movimiento tropicalista, en los fines de los 60, en plena dictadura militar, encabezado por Helio Oiticica, Caetano Veloso, Gilberto Gil, y muchos otros. Ellos también volvieron a afirmar que el Brasil es esa mezcla "maluca" entre todos y todo. Que ser Brasilero es bailar el samba, pero también es escuchar Billie Holliday, es tocar la bossa-nova con guitarra eléctrica, siempre movidos por la pregunta absolutamente afirmativa del "¿porqué no?".

Ser brasilero, entonces es ser todo y ser nada a la vez. Y es esa mirada antropofágica, esa mezcla sin fin que quiero transportar a mi lugar a través de la cámara. No sé bien como todavia, pero es eso lo que quiero hacer.

Entonces les dejo una musica y un par de videos tropicalistas.











5 abr 2011

LA JETÉE, CHRIS MARKER

"La Jetée", de Chris Marker.

4 abr 2011

¿ESO O AQUELLO?

Buscar el no-lugar en la ciencia-ficción o buscar la ciencia-ficción nomás. Esa es la cuestión.


¿La elección de mi lugar o el mensaje que quiero transmitir, el clima que quiero generar?


¿Qué viene antes y qué viene después?


¿Cual es el límite entre las imágenes del futuro y la transformación de la memoria?


¿Qué me representa más? ¿El estar colgado entre lugares, el transito entre dos o más espacios o la percepción de las cosas como un futuro hecho por la manipulación constante del pasado y de los recuerdos?

UN OBJETO NO IDENTIFICADO

OBJETO 2, 2010


A d e o b j e t i v i d

o b j e t i v i d a d e

e t i v i d a d e o b j

v i d a d e o b j e t Ø

3 abr 2011

DECONSTRUCCIÓN DE LO REAL: EL ESPACIO.

Ser un extranjero es muy distinto de ser un turista. Cuando el turista llega lo que ve o son reproducciones en escala real de lo que figura en sus guías o más bien, si la persona es más viajera y menos turista, se mezcla en el paisaje geográfico y humano pero con determinada distancia: yo soy eso y aquello es aquello.

El extranjero, al contrario, se apropia de lo que vive no solamente como espectador sino que siente la necesidad de modificar su entorno, de interactuar a largo plazo; tiene la intención de quedar o - en el peor de los casos - es obligado a estar ausente y distante de su lugar de origen.

No es difícil elegir un lugar que me represente porque no hubo tiempo para que existiesen estos lugares, como escribí en el post anterior, sino que porque - en Brasil o acá - los lugares para mí son mucho más relacionados con las personas que conozco que con los espacios en sí. Tengo mis referencias y memorias tirados en algún lugar inexistente entre los dos países, y creo que entonces ahí está la primera palabra que me llevará a la representación de mi lugar: la distancia. Más que buscar un lugar que me represente es buscar el como yo representaría un lugar, y entender en qué punto esta representación hace que el lugar sea mío. Es ir del general al particular, del emocional al físico.

Por eso, antes de todo, traté de entender porqué elegí los tres posibles lugares - aeropuerto, planetario, colectivo. Creo que en un principio lo único que tienen en común son los conceptos de distancia, de la relación con lo desconocido, la suspensión, el no-lugar (en el caso del planetario es más abstracto por provocar en mi un clima de ciencia-ficción, una idea de estar flotando entre dos universos separados por miles de kilómetros de distancia: la tierra y el espacio).

A partir de ese proceso, entonces, puedo entender más o menos como quiero representar mi lugar, aunque siga indefinido - o provisoriamente elegido (la línea 12 durante la noche, por más limitado que sea). De las 37 fotos que saqué seleccioné 5 que sugieren el clima que quiero generar. Pretendo deconstruir el espacio a partir de la utilización de puntos de vista extraños. Lo que pretendo es transformar el colectivo en un nave espacial, en imagenes futuristas y minimales. Creo que puedo utilizar una gran angular o una ojo de pez en algunas fotos, para deformar el espacio y hacer que algunas formas que son rectangulares se refieran a otros objetos mas esféricos que pertenecen al ámbito de la ciencia-ficción, y así, también, perder un poco la condición de pasillo que limita el espacio. Que la referencia del colectivo siga, pero que lo extraño y lo desconocido sean más fuertes que la imagen que se suele tener de un colectivo.

Sin embargo, tengo algunas dudas conceptuales que se generan como contradicciones: si quiero generar la idea de mostrar un espacio común a los argentinos, en principio limitado, con una mirada ajena a su percepción cotidiana, añadiendo los conceptos que antes me referí, ¿tengo necesariamente que distorsionar esta mirada, buscando nuevos puntos de vista, jugando con diferentes lentes y alterando el color? Por un lado me parece que si, y hasta este presente momento he seguido esta dirección de raciocinio y esta percepción sensitiva del espacio, pero por otro vuelvo a pensar en lo "bello" de la fotografía y en como eso se aplica en la relación entre yo, el medio fotográfico y el otro. Es decir que quizás el que va a mirar mis fotografías va estar viendo justamente lo que espera ver: una visión particular, un embelesamiento de un lugar-común. Tal vez, por este lado, lo extraño y lo desconocido sería ver fotografías que se fijen en la realidad. Es un tema ético más que todo. ¿Hasta que punto puedo deconstruir un espacio al describirlo?







"Solaris", Andrei Tarkovski



"Brazil", Terry Gilliam



"Blade Runner", Ridley Scott



Instalaciones de Dan Flavin:








pd.: En breve subiré la secuencia de 5 fotos que seleccioné. Y también algunas que quedaron pendientes en mi reflexión sobre los límites de la decontrucción del espacio.