Ante todo, creo que estoy conforme con mi entrega.
Lo más importante para mi en ese trabajo, sin embargo, no fue la serie que entregué, pero si el proceso bastante difícil que elegí (?) pasar. Mi ansiedad fue más fuerte que yo y al final creo que terminé haciendo las cosas sin escuchar ni a los otros - ni a yo mismo - lo que me generó un determinado desespero. Digo desespero porque fue así que me sentí cuando no podía salir del colectivo. Mi excesiva racionalidad al final me quebró las piernas. Intenté al principio, cuando todavía estaba en el trance ciego de fotografiar el colectivo nocturno como una nave espacial, buscar un sentido teórico para lo que estaba haciendo, buscando referencias, justificando mis fotografías de manera que sólo yo podía entender. Al final todo lo que yo quería transmitir en las fotografías no estaban impresas. Eran fotografías del orto - perdón por la palabra -, que más allá del buen manejo técnico no salían de lo mismo. Cada fotografía era igual que a la otra. No decían nada. y yo insistía. Porque soy cabeza dura, por eso y aquello. Es importante que uno perciba que a veces la racionalidad te quita fuerza instintiva, que la conciencia de lo que estabas haciendo no pasa de un error justificado por más conciencia. Existe claramente un límite entre lo sugerente, lo "indecible", y lo inentendible, que sólo puede significar y transmitir algo si el autor está al lado de la obra explicando todo lo que hizo y todo lo que quiere decir a cada espectador que mira su trabajo. Las fotografías - y el audiovisual - no tendrían que necesitar palabras para transmitir un clima, un punto de vista, etc. Basta verla. Y sentirla.
Al final mi entrega fue a mi total contento. Supe sentar, respirar, mirar alrededor, y - sin ansiedad - elegir un buen lugar: la construcción. Porque al final soy eso, un proceso, algo inconcluso, suspendido, atónito por ser terminado. No significa que es lo que quiero ser. Eso es lo que soy. Y punto.
Creo que logré generar el clima de suspensión temporal que quería, ese punto de vista meditativo, solitario, entre lo siniestro y dramático y lo tranquilo, de espera. También creo que logré transmitir la idea de que en las sombras de la construcción existe una persona, esa cosa que habita esos lugares de pasaje, siempre iluminados por una fuente invisible.
Es eso. O sea, para los próximos trabajos, es bajar el nivel de ansiedad, buscar una comunicación clara, que esté más allá de los discursos y ponerme a trabajar y no a masturbarme intelectualmente...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario