CON UNA SONRISA Y UNA CANCIÓN

Para un primer intento de retratar a Francisca Oyaneder, quiero satirizarla. En nuestro primer encuentro me sorprendió una especie de mirada microscópica que tiene, se fija en detalles, es muy volada, siempre con la cabeza en otro mundo. Eso quizás sea porque siempre vivió cambiando de lugares todo el tiempo con su familia, yendo de una ciudad portuária a otra, tanto en Chile, como en Argentina. Pero al mismo tiempo tiene esa lado modernoide con onda campesina, tanto en su manera de vestir como en las musicas que escucha. Y es esa dualidad que quiero retratar. Quiero retratarla satirizando tanto ella como las peliculas de princesas, cuando se pierden en la floresta y empiezan a cantar y bailar con sus amigos animales, a oler las flores, comer frutillas silvestres. Pero la veo hacer esas cosas mientras se fuma un puchito, con auriculares gigantes en las orejas, una ropa modernita.