7 sept 2011

Apuntes Sobre Vestidos y Ciudades - Wim Wenders


1.

Vivimos en alguna parte,
hacemos algún trabajo,
hablamos de cualquier cosa,
comemos lo que comemos,
vestimos lo que vestimos,
miramos cualquier imagen,

vivimos de cualquier manera,
somos cualquiera.

"Identidad"...

de una persona,
de una cosa,
de un lugar.

"Identidad".
Me basta escuchar la palabra
para tranquilizarme:
sabe a calma,
satisfacción, sosiego.
¿Qué es la identidad?
¿Saber de donde eres,
conocer tu centro,
tus cualidades?
¿Saber quién eres?
¿En qué reconocemos una identidad?
Nos hacemos una imagen de nosotros mismos,
intentamos parecernos a esta imagen...
¿Es eso?
¿La armonía entre la imagen
que nos hacemos de nosotros y...
si... nosotros mismos?

Vivimos en ciudades,
las ciudades viven en nosotros...
y el tiempo pasa.
Vamos de una ciudad a otra,
de un país a otro,
cambiamos de idioma,
cambiamos de costumbres,
cambiamos de opiniones,
cambiamos de vestidos,
cambiamos.
Todo cambia. Y rápido.
Sobre todo las imágenes,
las imágenes que nos rodean se transforman y multiplican vertiginosamente
desde aquella explosión que liberó las imágenes electrónicas
que sustituyen la fotografia en todos los rincones.
Aprendimos a confiar en la imagen fotográfica,
¿podremos confiar en la imagen electrónica?

Con la pintura todo era fácil:
el original era único y cada copia que se hacía de él, una copia, una falsificación.
Con la fotografía, y después con el cine, se complicó:
el original era un negativo. Sin copia no existía, al contrario, cada copia era un original.
Hoy con la imagen electrónica y pronto con la digital ya no habrá negativos ni positivos, la propia idea de original es superflua. Todo es copia.
Toda diferencia es arbitraria.
Por tanto, ¡no nos sorprendamos
si el concepto si el concepto de identidad ha caído tan bajo!
La identidad está OUT, afuera de moda.



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¿Y el cine?
Este invento del siglo XIX,
este bello arte de la era de la mecánica,
este lenguaje de luz y movimiento,
hecho de mitos y aventuras,
que supo hablar de amor y de odio,
de guerra y paz,
de vida y muerte...
¿Se quedaría en la estancada?
Y todos los artesanos que están detrás de la cámara,
detrás de los focos, en las mesas de montaje,
¿tendrían que volver a aprender?
¿Existirá algún día un oficio electrónico, un artesano digital?
De ser así, ¿será capaz este lenguaje electrónico
de mostrar a los "personajes del siglo XX"
como hizo la fotografía de August Sander
o el cine de Jonh Cassavetes?


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1 comentario:

  1. estaba buscando apuntes de esta peli y terminé acá!
    después me paso a leer todo lo otro!
    abrazo gigante tata, a ver si concretamos esa juntada!
    Juampi R.

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